Bonita imágen, casi navideña, de la Plaza de España toda blanca. Recuerdo que había ido con los amigos a la Alameda a montar el muñeco de nieve, con zanahoria incluida. En el edificio con el número uno de la plaza estaba la farmacia de Lorente, a su lado el estanco y en el portal de entrada al edificio, el negocio familiar, primero de venta de frutas y después prensa y revistas. Pegado a este y haciendo esquina, la Barbería de Callón y la Cafetería Lar, centro de tertulias de esa época. Más allá había dos gestorias (de clases pasivas creo recordar) y el local de Chao. Al final, el edificio que hacía esquina con la calle Marquesa, estaba el quiosco del "orejas" donde solía ir a cambiar por una peseta los tebeos y los cuentos de Mortadelo y Filemón. Eran tiempos de intercambio.
Neve efímera, en definitiva. Eu perdín unha fotografía feita nas Palmeiras, nunha nevada anterior, na que o protagonismo era o duns cisnes negros sobre o xardín nevado.
ResponderEliminarPero fíxate nunha cousa que ó mellor convén xa inventariar.
O pavimento actual do gran largo no que quedou reconfigurada a praza de España, especie de big bang do baldoseo aquí disposto por Mosquera dend´hai máis de dez anos; ese baldoseo ó que eles chaman política urbanística está eschifando xa. Pero, en fin, a xente votou sen sabe-lo que votaba.
La verdad es que escasean las fotografías de la nevada de los setenta.
ResponderEliminarAquí aun se ve la catenaria aérea del trolebús y los castaños de indias, recientemente talados.