miércoles, 29 de junio de 2011

Caminando hacia el coso de San Roque

Principios de los 60. Eran tiempos de verano, de fiestas de La Peregrina, de las de antes, de las de los 15 días. La línea del ferrocarril Vigo-Santiago atravesaba la ciudad al final de la frondosa alameda. Los carruseles entre el edificio de Educación y la que fuera "cruz de los caídos" que no paraban de sonar. En la entrada de la alameda, el carrillo del heladero, con sus cucuruchus para sofocar el calor y más abajo, los niños bebiendo en la fuente, ya desaparecida. Las barreras, levantadas, para dar paso a Don Santiago, el de los Moreira, peluquero y a Don Emilio (sombrero blanco), el de los cuatro gatos, el de la calle Rua Nova de Abajo, y a unos jovencísimos hermanos, Puri y Sete, nietos del primero, que iban camino del coso de San Roque. Eran tardes de fiesta. Eran tardes de toros, la de los festejos de La Peregrina.


No hay comentarios:

Publicar un comentario