La Romería de San Benitiño de Lérez en el año 1951. Recuerdo que junto con mis abuelos, mis padres y mis tíos solíamos pasar una jornada familiar en la explanada que había al otro lado del río. El olor a empanada y sobre todo a sardinas empapaba el ambiente familiar. Hoy todo eso se está perdiendo y es una pena porque siempre estará en la memoria de nuestros queridos. Punto y aparte merece la locución del narrador del nodo, pero bueno, supongo que acorde con los tiempos que les tocó vivir.
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