viernes, 7 de marzo de 2014

Vámonos a Marín.

El "trole" llegando a la parada de la"estación vieja" de Pontevedra (Plaza de Galicia, hoy).
Detrás dejábamos aquellas caminatas hasta la bajada de San Roque, muchas veces con el paso a nivel impidiéndonos el paso ya que llegaba desde la estación "vieja" el convoy de hierro que se dirigía al Puente de la Barca por el talud del Paseo de Colón. Ya en las Corbaceiras, en el que fuera famoso puerto de Pontevedra, cogíamos las motoras "do coxo" para dirigirnos hasta Lourido, una de las playas de la villa y, como antes lo habían sido la de Lourizán, Placeres y A Puntada.

Playa de Lourido. 1967.
Niños jugando en el manantial de Portocelo. Foto/20Minutos.
Eran los años sesenta y ese recorrido en barcaza por la desembocadura del Lérez convertido ya en Ría hasta Lourido creo que está en los recuerdos de cientos de pontevedreses. La motora dejó paso al trole a finales de esta década y los viajes en el bus eléctrico hasta Marín se convertían en frecuentes con la llegada del verano. Riadas de pontevedreses nos dirigíamos como si de una excursión se tratara desde la parada de la Alameda de Marín y bordeando en todo su recorrido la Escuela Naval Militar hasta las Playas de Portocelo y Mogor. Los domingos, en casa, eran "día de comida" donde las tortillas de patatas y los filetes hechos por mi abuela eran devorados sin dejar rastro en plena playa. Era la niñez y alli nos juntábamos además de mi familia, tíos, y primos, muchos amigos de Pontevedra  que teníamos las playas marinenses como "lugar" de veraneo durante la época de las vacaciones escolares.

Ya en la infancia y cuando no había partido en Pasarón, coger el trole toda la rapazada de la Rúa Nova en la "estación vieja" de Campolongo camino de los Cines de Marín eran muy frecuentes. Las salas del "Avenida" y el "Quiroga" en las sesiones de tarde dominicales eran visitados por nuestra "pandilla" para ver las películas de los "domingos". Malos recuerdos tengo yo de una jornada en el "Avenida" donde se me ocurrió tomar en el bar del cine un "bocata" de mejillones, de los de lata grande, que tenían abierto encima del mostrador todo el día. Mala noche pasé yo "potando" de un lado a otro de la cama y creyéndome que era el fin de mis días y, es que, en ese tiempo había fallecido la primera mujer de un vecino de la Rúa Nova de Abaixo, Enrique, que fuera carpintero de la Escuela Naval y que yo había oído que se había muerto por comer mejillones en mal estado, claro que lo bueno fue que estuve una semana sin ir a Cervantes, mi colegio. Ya con "pelos no peito" la "maravillosas "verbenas de las Fiestas del Carmen, haber si podías pillar cacho, y los bailes del "Vergel" estaban a la orden del día y, como no, los bailoteos en la sesión de tarde de la discoteca Chapí, muy de moda a finales de la década de los setenta.

Vieja postal de la Escuela Naval Militar de Marín.



2 comentarios:

  1. No contaminaban y eso era una ventaja pero la empresa los tenía en condiciones penosas...

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  2. Qué tiempos !! Yo realizaba el trayecto de Estribela a Marín o Pontevedra y viceversa y recuerdo cuando costaba 2,50 ptas. de Estribela a Marín. Siempre esperaba a que llegase el de 2 pisos para disfrutar de las vistas desde arriba.
    Enhorabuena por tu blog, me trae muchos y buenos recuerdos.

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