Bonita postal de un rincón de la emblemática plaza del fundador de la ciudad, Teucro, en la esquina donde terminaba la calle Manuel Quiroga y comenzaba la calle asoportalada de Princesa, sin el muro de piedra de separación. En la fotografía, la autoridad de la época, a la izquierda, observa vigilante el juego inocente de la chavalada pontevedresa de aquél entonces.
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