Quien no recuerda cuando llegaba la temporada estival, entrar en aquella heladería que estaba en la calle Michelena, comprar una ficha de colores con distintos precios, tres, cinco o siete pesetas, acercarse al mostrador y pedir un helado de vainilla, o de tutti fruti, o de chocolate, o de fresa, o, sobre todo, de crema tostada. No creo que haya ningún pontevedrés que no haya pasado por la heladería de los Bernardo Ojea, o de La Ibense, y degustar uno de sus famosos helados. Aquellas bolas que cuando se acababan de saborear, aún nos dejaba otra delicia, como era la galleta de barquillo. El negocio familiar de los Ojea, que durante muchos años estuvo en la calle michelena y que atendió a familias enteras de pontevedreses, había estado inicialmente, detrás del Concello de Pontevedra, en la calle Alhóndiga, allá por los años 30. La heladería pertenecía a Soledad Cañamares y atendía con el nombre de La Ibense. Ahí fue donde empezó Bernardo Ojea (padre) en esto de los helados y le ayudaba Bernardo Ojea (hijo) con tan solo trece años. De aquélla, como no había cámaras frigoríficas, se hacían los helados artesanalmente, con el hielo que traían todos los días en un carrito tirado por un caballo desde la lonja de Marín, donde se almacenaban en un arcón relleno de corcho, que aguantaba hasta la noche. En 1940, fue el primer local de Pontevedra que instalaba un generador y cámara frigorífica propio para la conservación de los helados. En 1957 se trasladaron a la calle Michelena, ya siendo propietario la familia Ojea hasta su cierre por jubilación en el año 2000. En la actualidad hay dos locales con el nombre de La Ibense, pero nada tienen que ver, con los helados que Bernardo Ojea, padre e hijo, servían a muchos de los pontevedreses que por allí pasamos.
Al lado de las aguadoras en la fuente desaparecida, en la antigua plaza del pescado (entrada de la calle Real), rodeado de niños, el carrito de los helados en un día de feria. |
Nova e documento gráfico entrañables.
ResponderEliminarNos anos trinta funcionaba tamén outra xeladería, a de Dimas (coido que ourensao como Ojea), na enfesta de San Telmo, esquina á Formigueira pola parte baixa. Un dos fillos, de nome Dimas, mantén actualmente un posto na Ferrería, prá venta de cousas varias, tamén xiados.
¿Sabías que había unha augadora chamada a Perra Chica, porque era éso o que cobraba, unha perra chica por cada balde d´auga que transportaba?
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, y el hijo Dimas y su hermano, en el invierno tenian una maquina de castañas y se instalaban en la parte trasera del santuario de la Peregrina.
ResponderEliminarDimas y Ricardo.
ResponderEliminarXesús.
s´hasta fai dous anos mais ou menos na rua principal de ourense,a rua do paseo existia de fai moitos anos unha xeleria chamada a ibense,cos xelados igualiños a os de pontevedra^[sempre se dixo que eran familia]
ResponderEliminarLa Ibense tenía otro hijo llamado José Ojea, y si Bernardo trabajaba con 13 años, el trabajó con 8 también con ellos. Antes de hacer un artículo, informaos.
ResponderEliminarY tu responder con un poquito más de educación que creo que te falta.
EliminarSimplemente he dicho que os informéis.
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