Construcción del Pabellón Municipal de Deportes, inaugurado en el año 1966. |
Dos imagenes aéreas del viejo barrio del Burgo, a principios de los sesenta. La primera, abajo, a la izquierda, la junquera, cuando aún no habían comenzado los rellenos, aunque ya si estaba el camino de tierra que bordeaba el río. No estaba el Pabellón de Deportes y todo eran fincas alrededor del viejo e histórico campo del Burgo, Pasarón, donde se escribieron tantas páginas de gloria del fútbol pontevedrés. Por el puente y Avenida de A Coruña, pasédurante muchos años, camino del estadio para entrenar, unas veces debajo de las gradas cuando no había luz, y otras bajábamos hasta la junquera, cuando se podía, y ahí nos poníamos al mando de nuestro "mister" Moncho Saborido. Cuando terminábamos solíamos tomar el bocata de tortilla y la Mirinda en el bar de Cándido, La Pallota, tan de moda en aquellos tiempos, ya por allí andaban "Mele" y "Lucía" dándole patadas a un balón.
Al fondo, el Paseo de Domingo Fontán con el puente de Las Corrientes y la junquera de Alba, toda la zona era agua y llegaba hasta el parque y talleres del ejército. Años después, a algún iluminado se le ocurrió rellenarlo y transformar toda esa zona natural en basurero municipal, "el borrón" como lo conocíamos de niños. Ahí estuvo hasta bien entrado los ochenta. Recuerdo cuando acompañábamos a la madre de Carlos, Amelia y le ayudábamos con los cubos de comida que traímos desde la Plaza de la Verdura para darle de comer a los cerdos que tenía en la porqueriza detrás de la fábrica de Maderas de Domingo Fontán, eran mediados de los sesenta. También aprovechábamos para acercarnos al río y pescar alguna que otra anguila. En la segunda foto, una vista general de la junquera sin los rellenos.
En cuanto al pabellón de deportes, tanta fama la de don Daniel de la Sota, su arquitecto, y tuvo que ser objeto de reparaciones y obras incontables veces.
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